En una noche tormentosa, Lin se sentó solo en una cabaña en ruinas. Su esposo, un miembro de la tripulación desaparecido desde hace muchos años, dejó atrás que ella y su hija menor se apoyaran mutuamente. Se acerca el Festival de primavera, pero sus casas están vacías y carecen de cualquier ambiente festivo. Lin estaba decidida a no decepcionar a su hija y decidió hacer milagros con sus propias manos.

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"Sé que está un poco confundida y espero que sea importante para ella".

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Encontró la única cera de abejas que quedaba en la casa, que su esposo regresó de un viaje marítimo hace unos años. Lin derritió cuidadosamente la cera y recogió algunos pétalos del patio. Hizo mechas con hilos gruesos y fijó las velas en un simple candelabro.